jueves, 16 de junio de 2011

Saludo al 80 Aniversario del Partido Comunista

LA PRIMAVERA DEL PARTIDO COMUNISTA
SALUDO A LOS 80 AÑOS DE LA FUNDACIÓN DEL PARTIDO COMUNISTA

Las ideas del comunismo por su esencia y dinámica histórica son el renacimiento perenne, la consagración de la utopía y simiente de vida. El pensamiento comunista florece en el humus de tiempos propicios cuando afloran bases teóricas, perspectivas de interpretación del devenir de la humanidad y concepciones del mundo convergiendo en un feliz influjo de principios e ideales.

Conviniésemos en inferir la consabida explicación derivada del incesante desarrollo de la plataforma material de la sociedad, sustentáculo y energía del cambio de las relaciones sociales de producción y crisol del surgimiento de las nuevas formas de pensar las realidades por los viejos y nuevos actores del contexto social en transcurso de conformación.

Digámoslo en la dimensión de los animadores del emergido paisaje económico y social: terreno oportuno donde se renuevan los antagonismos, alianzas y conflictos de las extenuadas y nuevas clases sociales.

Es la arena donde confluyen factores y condiciones objetivas y subjetivas conexas. Ahí irrumpen contradicciones distintas, insospechadas y remozadas fuente de rejuvenecidas formas de organización, métodos de lucha, vías para
la transformación, hábitos de acción política proyectándose en la conciencia de la clase social de los desposeídos como herramientas para el quehacer cotidiano y la formación del acervo táctico y estratégico para la lucha social, económica y política.

En ese entorno; la sociedad moderna burguesa en sus diferentes etapas es el espacio social e histórico y época de la clase obrera, del campesinado desheredado, del proletariado, de la burguesía agrupando banqueros, industriales, terratenientes, mineros y mercaderes de toda laya.

La formación económico- social de las colisiones sociales de sorprendentes tipos. El motor de la historia es afinado con una rejuvenecida lucha de clases y en el horizonte de los combates políticos y el arte de la batalla por el poder aparece la figura del Partido Comunista; el partido de la clase obrera, de la unidad obrero y campesina, de la intelectualidad orgánica, de una nueva militancia surgida de lo más sano e inteligente del proletariado.

La chispa radical asombra y enciende los escenarios de la lid entre burgueses y proletarios, es el papel dirigente y de vanguardia de un partido de nuevo tipo integrado por mujeres y hombres que aprenden y se arman con las tradiciones de lucha de todos los tiempos, es el arte de la revolución.

La cuestión política ya no va sería la misma jamás, porque dejó de ser exclusividad de los partidos de la burguesía. La clase trabajadora logró al fin una comunión con el conocimiento de la realidad histórica, asomó la ilustración para los más humildes y vilipendiados y la cultura obrera significo la comprensión de sus intereses como clase social y de la importancia del instrumento de la organización, del sindicato, de la huelga para pelear por sus derechos.

El andar de lucha combativa le abrió las puertas de la conciencia política y la militancia política en las filas del Partido Comunista. El Sindicato la escuela de alfabetización y formación de temple de combate, el Partido la universidad donde se forja la cultura de la transformación de la sociedad.

Con la mística, el compromiso y el sacrificio de las tareas diarias se inspira el corazón, se cincelan los sueños del amanecer para la humanidad y, se planea la estrategia para dar las batallas decisivas en pos de la esperanza; asaltar el cielo y construir el socialismo.

Es irrefutable el hecho que vivimos la era del imperialismo, fase última y descompuesta del capitalismo. La moderna sociedad burguesa se desbarranca irremediablemente y sus ardides políticos sufren la peor bancarrota. Hoy más
que nunca es momento oportuno e idóneo para el remozamiento y robustecimiento del Partido Comunista.

Sinceramente hubiésemos querido una celebración unitaria de los 80 años del P.C. Aprovechemos la oportunidad para instar a quienes levantamos las banderas gloriosas del comunismo, profesamos y una práctica en apego a los
preceptos de Marx, Engels y Lenin a encaminarnos hacia una cohesión legítima y categórica.

A todos los que llevamos la utopía en el corazón nos es obligatoria la exigencia de aproximarnos y soldar las históricas aspiraciones que nos animan con la argamasa de la coherencia.

Para las columnas que hemos cerrado filas en la lucha por el socialismo nos es inaplazable avanzar firmes hacia la unidad.

Hemos expresado reiteradamente en los últimos tiempos que la consigna es unidad, unidad y urgente unidad. Debemos corresponder entonces con voluntad revolucionaria, si nos preciamos de una militancia comunista, con esa tarea impostergable de la unidad real y cierta. La unión sin ambages de la disgregada fuerza comunista y de la izquierda costarricense. El Partido Comunista se irguió con nervio contra la explotación y se fundó
en amor, perspectiva y poesía para el pueblo de Costa Rica.

Brillantes páginas de heroísmo y trabajo creador escribieron mujeres y hombres, los mejores y más conscientes baluartes del proletariado.

Construyendo patriotismo en el mejor sentido del eco martiano de “patria es humanidad”.

La honradez, la tenacidad, la pasión y la amistad afloran en el crisol del partido. Praxis y esperanza amalgamando sueños de libertad y un futuro socialista. Los que hoy seguimos tejiendo con el puño, decisión y coraje la convicción emancipadora continuamos abrigando el anhelo de una refundación del Partido Comunista.

Advertimos que en el sentir de los fundadores como Manuel Mora, Coto Conde, Carlos Luis Sáenz y Carmen Lyra está la piedra angular para comprender la crucial tarea de la unión de los comunistas. La cardinal faena de
cohesionar las fuerzas de la vanguardia revolucionaria de las clases desposeídas.

Estamos ante el apremio histórico de restaurar los lazos hermosos de un proletariado valeroso que llevó a la clase trabajadora costarricense y al campesinado por la senda de victorias maravillosas, venciendo tantas veces en cruentas batallas a las clases dominantes y la plutocracia.

Muchas jornadas han acaecido y grande el acervo adquirido desde aquel aciago trauma de la división, que en los dramáticos días de 1983-84, nos postró en un oscuro túnel de retroceso. La reflexión, el espíritu crítico
y la sapiencia adquirida en tan aleccionador revés, deben constituir un factor determinante para caminar con la frente en alto hacia la refundación.

No nos es lícito eternizar las rasgaduras en el alma revolucionaria costarricense. No podemos seguir dándole esa complacencia a la reacción y el imperialismo.

Creemos, desde lo más profundo de nuestras convicciones, que es responsabilidad de los comunistas y de combatientes por el socialismo; dislocados en agrupaciones diversas, buscarnos y posibilitar una mutua aproximación y los espacios apropiados para refundar una vanguardia revolucionaria sólida, unida e imborrable.

Abordemos ese itinerario sin viejos miedos y decadentes egolatrías. Pensamos en que justo estamos en el momento para emprender un derrotero honorable, hermoso, de proceder valiente y edificante. Es la honestidad proletaria
gestando otra primavera del Partido comunista.

Por ese sendero virtuoso caminaron, el “Calero” y el “Herminio” de las letras de oro de “Mamita Yunai” en la pluma de CALUFA. Con esos rasgos de probidad y sacrificio se forjó la vida labriega y combatiente de Rafael Ángel Zamora, Hernán Villalobos, Los mártires del Codo del Diablo, Yamileth López, José Ángel Marchena, Pepe Romero, Antonio Mendoza, Pedro Lara, Paula Maceo y Manuel Monge que con sudor, alegría y la sangre roja de comunistas
honraron el internacionalismo proletario.

En el estoicismo y la mística de María Romero, el Chato Medrano y Livia Cordero, de Roberto Castellanos, Luisa González y Fernando Mora; de Arnoldo Ferreto, Gonzalo Sierra cantillo y Rodolfo Guzmán, de Alvaro Picado, Jesús
Martínez y Adolfo García Barberena, de José Meléndez, Ronald Sánchez y FOFA; de Beto Vázquez, Domingo Rojas y Edenia Mora; de SOLIZÓN, Virginia Gruter y la CHAPA se encuentra la reivindicación de un océano de fuego
transformador, de una camaradería y aliento supremo insuperables y, las tradiciones de lucha más bellas representadas en las distintas organizaciones revolucionarias.

En homenaje a ese ejemplo y esa enseñanza incalculables hagámoslo, caminemos juntos, existe el terreno fértil, las condiciones históricas están dadas, estamos en tiempos de transición, de rebelión y despertar internacional.

Ojalá el 81 aniversario de la fundación del Partido Comunista sea el reflejo de ese acto de lealtad y de consecuencia revolucionaria que nos han legado tantas y tantos combatientes comunistas y de organizaciones hermanas por la
liberación de nuestros pueblos y el socialismo.

Círculo Bolivariano Yamileth López
San José-Costa Rica
Junio 16 de 2011

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