jueves, 18 de noviembre de 2010

El Río San Juan es una excusa

Publicado en Contra-Punto, El Salvador

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Costa Rica y Nicaragua: el río San Juan es una excusa

Domingo, 14 Noviembre 2010


Rafael E. Cartagena (*)

SAN SALVADOR - Desde El Salvador, los detalles del último conflicto entre los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica escapan a casi todo el mundo. Pero a pesar de la poca información disponible, muchos reciben con simpatía la versión de que Nicaragua está defendiendo su soberanía frente a los petulantes ticos. El apoyo a Nicaragua se torna en indignación al comentarse las grotescas expresiones de xenofobia que se ha desatado en Costa Rica en contra de la población nicaragüense.

Sin embargo, conviene alertar que ya es recurrente que políticos sandinistas y anti-sandinistas propicien o revivan situaciones de conflicto con la vecina Costa Rica para acallar o posponer el debate de importantes cuestiones dentro de Nicaragua. Una evidencia de los extremos de esa manipulación fue la pregunta que un nicaragüense me hizo en alguna ocasión, viajando por la zona norte de Costa Rica. La duda de esta persona era de quién era la culpa de que el territorio de Guanacaste fuera hoy parte de Costa Rica (lo es desde 1825), pues había escuchado que ¡algunos culpaban a Somoza y otros a los sandinistas!

Otro ejemplo de cómo se ha explotado el sentimiento nacionalista para ganar créditos en la política interna nicaragüense fue la campaña donde se repetía que "el río San Juan es nica", con ocasión de la disputa en el tribunal internacional de La Haya. Bien por el orgullo patrio, pero el gasto en esa campaña mediática era innecesario. El punto defendido por Costa Rica ante La Haya se refería a cuestiones relativas al derecho de navegación sobre el río, pero no al imperio sobre el mismo. La población costarricense está bastante enterada de que el San Juan, de una margen a otra, es de Nicaragua y que Costa Rica tiene derecho a navegar por el mismo, únicamente. Ello ha sido así desde el Laudo Cleveland de 1895, reconocido por ambos Estados, y ratificado por la resolución de La Haya del año 2009.

Pues bien, conformen a dichos documentos, el gobierno de Nicaragua comenzó hace unos meses a dragar el río San Juan, para recuperar las facilidades de navegación en el último tramo de dicho cauce. Cuando se anunció este proyecto, ambientalistas nicaragüenses y costarricenses comenzaron a preguntar por los impactos ecológicos de ese proyecto. En Costa Rica preocupa, de manera particular, las consecuencias de ello para el río Colorado, cuyo caudal depende del San Juan.

La resolución del Tribunal de La Haya del año 2009 señala que conforme al Laudo Cleveland Nicaragua puede realizar el dragado del río San Juan como lo estime conveniente, siempre y cuando tales trabajos no limiten seriamente la navegación en los tributarios del río San Juan que pertenecen a Costa Rica ("Nicaragua may execute such works of improvement as it deems suitable, provided that such works do not seriously impair navigation on tributaries of the San Juan belonging to Costa Rica").

Sin embargo, la posición del gobierno de Nicaragua omite mencionar dicha salvedad, incluso la niega. Por ejemplo, el diario digital "El 19 digital" refiere al Presidente Daniel Ortega afirmando que "Nicaragua tiene derecho de dragar el San Juan a fin de establecer el flujo de aguas existentes en 1858, aún cuando esto afecte el flujo de aguas de otros recipientes actuales de dicho flujo, tales como el Río Colorado.”

Dependiendo de cuánto se vea mermado el río Colorado, se estaría afectado el ecosistema de canales acuáticos de Barra del Colorado, una de las zonas naturales menos impactadas por el "desarrollo" en el caribe costarricense, pero muy importante para el turismo local.

Todo ello pudo haber sido materia de una mesa técnica bilateral, pues Costa Rica tiene derecho a saber qué consecuencias tendrá el dragado. Pero se dio un hecho que desató la irracionalidad a los dos lados de la frontera: la instalación de un campamento del ejército de Nicaragua sobre la margen costarricense del río San Juan, en un territorio conocido como Isla Calero. Ante esa denuncia, el ex-comandante Edén Pastora, quien se encuentra a cargo de la operación de dragado, no negó la presencia de las tropas pero sí alegó que la Isla Calero, de unos 151 Km2, se encuentra en territorio nicaragüense. Sin embargo, los mapas oficiales de ambos países, basados a su vez en acuerdos bilaterales previos, muestran que la misma le pertenece a Costa Rica. Ante ello, no ha faltado quien diga que ha sido un error histórico el que Nicaragua haya “cedido” la soberanía sobre dicho territorio. Ahora bien, lo que sí tiene sentido, pero nadie lo menciona, es que la Isla Calero haya "crecido" hacia el norte debido a la acumulación de sedimentos en la desembocadura del San Juan. Tal situación complicaría el dragado en la desembocadura del río: ¿cómo garantizar que el cauce del San Juan será devuelto al curso indicado en los mapas que ya desde el año 1897 definieron el trazo de la frontera, conforme al Laudo Alexander?

No está claro si el reclamo sobre la Isla Calero es postura oficial del gobierno de Nicaragua, o si es un hecho de fuerza pasajero. Recientemente, el Presidente Ortega ha negado que las tropas de su país se encuentren en la isla, pero sin prometerlo explícitamente ha creado la expectativa de que llevará el asunto al Tribunal de La Haya.

Ahora bien, expertos de uno y otro país, aunque alegan mala fe de la otra parte, coinciden en que el trazo de la frontera no necesita más arbitrajes, que lo que está pendiente desde hace años es colocar los mojones conforme a lo ya delineado, para evitar estos desencuentros. Hacer esto último no debería ser complicado con la tecnología actual, pero requiere coordinación entre los dos países, y buena fe, sobre todo si se toma en cuenta los posibles cambios en la desembocadura del San Juan. Por ahora, sin embargo, existe más interés en revivir situaciones que alimenten los fanatismos nacionalistas.

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