lunes, 24 de enero de 2011

Comunicado de Red Feminista Contra la Violencia Hacia las Mujeres

Complicidades patriarcales y acoso sexual

La actitud del ministro Tijerino es inaceptable en un jerarca de una institución pública

Sylvia Mesa Peluffo Presidenta Red Feminista Contra la Violencia Hacia las Mujeres 10:22 a.m. 18/01/2011

El hostigamiento sexual sigue siendo, lamentablemente, una práctica frecuente y permitida en nuestra sociedad. La semana pasada, la noticia de la renuncia de la viceministra de Seguridad, Flora Calvo, como consecuencia de situaciones desatendidas de hostigamiento sexual en la institución, nos vuelve a poner frente a una realidad que muchas personas prefieren ignorar o considerar normal.

Que el hostigamiento sexual es frecuente en el Ministerio de Seguridad Pública no es una novedad: lo demuestran las estadísticas de la Defensoría de los Habitantes, las investigaciones universitarias, y también las vivencias de muchas mujeres que han trabajado en ese espacio.

Ligereza. Lo que llama la atención es la liviandad con la que el señor ministro de Seguridad se refiere a la situación vivida por la señora Calvo: “No creo que la situación sea tan grave; podría ser solo una apreciación de doña Flora” (La Nación, 10/01/2011) o, peor aún, su comentario en un programa radial, en el sentido de que se está haciendo “mucha alharaca” con la situación.

Estas afirmaciones podrían hacer creer que el señor Tijerino no conoce la legislación de nuestro país en materia de hostigamiento sexual, y que no ha pensado siquiera que su condescendencia es un adelantamiento de criterio por parte de quien tendría que resolver, en última instancia, el proceso administrativo que implica una denuncia por hostigamiento sexual.

El lunes 10 de enero, en un canal de televisión, se daban algunas estadísticas sobre casos de hostigamiento sexual en el Ministerio de Seguridad. De todos los casos denunciados, más de la mitad terminaron sin sanciones o fueron archivados. Es una estadística curiosa, porque la mayoría de las denuncias de hostigamiento sexual, cuando se hace una investigación adecuada, terminan con sanciones para los hostigadores.

Pero, además, en un país que se precia de ser un ejemplo en la protección de los derechos humanos, que se preocupa por la seguridad de sus habitantes, las manifestaciones del responsable del Ministerio de Seguridad Pública nos demuestran que para él la seguridad de las mujeres no es una prioridad, ni siquiera algo que merezca ser investigado, porque pide a la señora Calvo que no denuncie, mejor que el problema se siga escondiendo debajo de la alfombra.

Acciones. Escuchamos a la presidenta Chinchilla decir que el hostigamiento sexual es inadmisible. Esperamos ahora sus acciones. La actitud del ministro Tijerino es discriminatoria e improcedente para el jerarca de una institución pública. Esperamos que se lleve a cabo una investigación de los hechos, que se sancione a los hostigadores y también a sus encubridores, no importa la posición en la que se encuentren.

Preguntamos al ministro Tijerino: ¿Ha nombrado ya la comisión investigadora que debe conocer sobre estas denuncias, tal como ordena la Ley 7476? ¿Por qué no se ha informado a la Defensoría de los Habitantes sobre estas denuncias cuando así lo establece esta ley? Demandamos respuestas a estas preguntas, así como el establecimiento de medidas y mecanismos que muestren que esta administración está dispuesta a pasar de las palabras a los hechos.

La protección y la promoción de los derechos de las mujeres y la sanción de las conductas discriminatorias son obligaciones que el Estado costarricense asumió ante la comunidad internacional al firmar la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, pero, sobre todo, que asumió ante las mujeres de este país.

No hay comentarios:

Publicar un comentario