viernes, 11 de marzo de 2011

Homenaje al C. Arnoldo Ferreto, Pilar del Partido Vanguardia Popular

Entereza y valentía revolucionarias.

Homenaje al c. Arnoldo Ferreto, Pilar del Partido Vanguardia Popular

Conocí al camarada Arnoldo Ferreto hace más de sesenta años. Para entonces el era, lo que siempre fue, un dirigente comunista, de los de verdad, sin dobleces y sin falsedades, y yo casi un niño que apenas comenzaba la educación secundaria.

Eran los días de la guerra civil, entonces no había tiempo para conversar. Yo admirado lo veía pasar siempre en carreras, igual que a Calufa, a Manuel y muchos otros camaradas con grandes responsabilidades. Estábamos en guerra. Yo, día y noche metido en la “Ecos del 56” la radioemisora del partido, que además se convirtió en un centro de dirección partidaria.

Después de la derrota cuyas características pudieron ser cambiadas o hasta evitada, fue que comenzó la amistad entrañable que siempre me unió a Arnoldo y muchos otros compañeros como Carlos Luis Fallas, Rodolfo Guzmán, Gonzalo Sierra, Adolfo Braña, Mario Sáenz Zumbado, los hermanos Pérez Castillo, el Macho Sánchez y muchos más.

Los compañeros vanguardistas en la cárcel tuvieron siempre una conducta valiente y ejemplar, como corresponde a un auténtico revolucionario. Ahí estaba Arnoldo educando con el ejemplo.

Al salir de la cárcel todos estos compañeros pasaron a la clandestinidad. Arnoldo Ferreto inició el titánico trabajo de reorganizar al partido y lo hizo tal como se podía esperar de un luchador de su temple. Me tocó a mi la tarea de trabajar en la organización de la juventud como parte del esfuerzo que realizaron compañeros como Alvaro Montero Vega, Franklin Pérez y poco después el c. Rigoberto Sánchez. Arnoldo era el corazón de ese esfuerzo colectivo. Es la verdad. Ese es su mérito principal.

El movimiento sindical no se detuvo. Apenas apagado el ruido de los tiros y todavía con los barrotes de las cárceles cerrados, los dirigentes obreros mantuvieron sus luchas. En esa lucha cayó asesinado el c. Eduardo Juárez, cuya memoria tiene que ser enaltecida por las nuevas generaciones de revolucionarios.

En esa época tan convulsa surgió mi relación de inquebrantable amistad con el camarada Arnoldo. No fue una amistad plana, al contrario, cargada de aristas, pero siempre honesta y sincera, como tienen que ser, pienso yo, las relaciones entre los comunistas.

Me siento muy feliz de que la Universidad de Costa Rica haya bautizado con el nombre de Arnoldo Ferreto su sede en Puntarenas. Es un reconocimiento merecido como el que más.

Arnoldo fue dos veces elegido diputado de la Provincia de Puntarenas aunque nació en Heredia y vivió siempre en la capital. Representó principalmente a los obreros de la United Fruit Co que le dieron siempre sus votos, pero luchó denodadamente por todos los trabajadores, los pescadores y trabajadores de esa provincia.

Este mérito es reconocido por estudiantes y académicos y vale más que el benemeritazgo que otorgan los políticos.

Se le hace justicia a Arnoldo Ferreto, a su entereza y valentía como revolucionario. Nunca buscó el favor de los burgueses.

Digo que me siento feliz, pero debo agregar que también orgulloso de haber trabajado a su lado en la luchas por la justicia social para el pueblo y por la construcción de una sociedad socialista en esta tierra que tanto amamos los comunistas.

9 marzo 2011
Humberto Vargas Carbonell

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