Señora Presidente de la República
M. Sc. Laura Chinchilla Miranda
Señora Presidente:
Con el respeto que su investidura nos merece, nos dirigimos a usted para recordarle que la explotación minera de oro a cielo abierto en Crucitas, no es de interés público. Casi el 90% de la población costarricense se opone a ese tipo de minería, y por lo tanto rechaza ese infame proyecto. Tampoco es de conveniencia nacional. ¿Cómo puede ser de conveniencia nacional la destrucción de bosques, la desaparición de innumerables especies, la contaminación del suelo y del agua por efectos del cianuro y otros elementos igualmente nocivos? ¿Cómo puede ser de conveniencia nacional un proyecto que al Estado Costarricense no le aportaría mayores beneficios?
Cerca del 90% de los costarricenses sabe que la minería de oro en Crucitas y en cualquier zona del territorio nacional es totalmente inconveniente y perjudicial.
Así es Doña Laura, ni nos conviene ni la queremos y usted lo sabe. El pueblo de Costa Rica que la eligió por considerarla una mujer sensible y por ser "firme y honesta", representado en este crucial momento por dos valientes ciudadanos que se encuentran ayunando desde hace más de 22 días, arriesgando su vida por la "vida misma" cuyos nombres usted conoce bien: David Rojas y Andrés Guillén y hasta hace poco Rosibel Porras quien por consejo de los médicos Cabezas y Rechnitzer se vio obligada a abandonar el ayuno, le pide vehementemente que cruce la calle y firme sin más dilaciones la derogatoria del nefasto decreto ejecutivo 34801-MINAET, pues no es vinculante con el juicio que se lleva a cabo en el Tribunal Contencioso Administrativo. Son dos cosas diferentes. Legalidad y conveniencia no son sinónimos y usted no lo ignora.
Acéptelo, doña Laura, reconcíliese con su pueblo, gánese su respeto y reconocimiento y haga efectiva y real la Declaración de Paz con la Naturaleza.
Afirma usted en carta dirigida a los "ayunantes por la vida", que lamenta su decisión de exponer su vida de esa manera, pero que no puede exponer al Estado Costarricense a una indemnización de millones de dólares. ¿Cuál es el temor, Doña Laura? ¿No sería más bien la Empresa Infinito Gold la que tendría que indemnizarnos por daños ambientales si su Gobierno se propone a dar patrióticamente la pelea, en caso de que así lo pretendiera la Empresa mencionada? ¿No son acaso los desastres mineros recientemente acaecidos en la India, Hungría, Argentina, China, Chile y Ecuador, suficiente motivo para firmar la derogatoria de ese irresponsable y entreguista decreto? Por ahí se dice que ya Infinito Gold pagó dineros por adelantado. ¿Es eso cierto, Doña Laura? ¿Lo que ha dicho es todo lo que tiene que decir? ¿La vida, el valor y el sacrificio de dos costarricenses, valen menos para usted que los intereses políticos y financieros?
Esperamos con acciones su respuesta, Señora Presidente.
Comité Patriótico Catedral
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