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Coqueteando con el castrense
Columnista huésped | 21 de Junio 2011
Por Luis Roberto Zamora B., abogado
El pasado 28 de abril el Tribunal Contencioso Administrativo nuevamente dictó una sentencia histórica para nuestro país, al declarar con lugar una demanda interpuesta en contra de un decreto del Presidente Óscar Arias en pro de la militarización policial.
El decreto delegaba en los jefes de unidad policial la facultad constitucionalmente exclusiva del Presidente para autorizar el uso de armas prohibidas por parte de la policía, autorización que queda constitucionalmente reservada para situaciones de emergencia, conmoción interna o invasión.
Así, el Presidente Arias autorizó que los jefes de unidad policial armaran a sus policías con AK-47, Uzi, Mini-uzi y otras armas de guerra en situaciones normales de vigilancia y conservación del orden público. Todo esto, de manera ilegal.
Que no se pierda el punto, es fundamental profesionalizar a la policía y dotarla de mejores recursos, así como es fundamental que el gobierno comience a elaborar una verdadera y efectiva política de seguridad que no proteja a los narcos, ni a los políticos corruptos. Todo esto de la mano de una reforma judicial que elimine los obstáculos que impiden a los jueces sancionar como corresponde. Sobre esto el acuerdo es llano, pero una cosa es profesionalizar y otra es militarizar.
Dicho lo anterior, surgen a la luz dos problemas graves. El primero, la mala maña del gobierno de hacer decretos ilegales ante su abierta incapacidad de manejar el cuerpo legislativo, y su completa incompetencia para plantear proyectos de leyes que sean tan buenos que reciban el respaldo popular.
El segundo y el más grave es la militarización del país y de nuestra policía. El decreto no puede analizarse de manera aislada. La autorización para el uso de estas armas implica una necesaria capacitación de los oficiales para su uso. Dicho de otra forma, se ha venido entrenando a nuestros oficiales para el uso de armas de guerra.
Por otra parte, tal y como se reveló en meses anteriores, el Presidente Arias, haciéndose “el tonto”, permitió el regreso de nuestros oficiales a la infame Escuela de las Américas (WHINSEC), en Fort Benning, Georgia, Estados Unidos.
La Escuela de las Américas ha sido actor directo en el entrenamiento y capacitación de personas responsables y causantes de al menos once dictaduras en América Latina, y sus muchos “grandes” estudiantes incluyen al genocida de Ríos-Montt en Guatemala, al asesino de Viola en Argentina, al criminal de Banzer Suárez en Bolivia, al inhumano de Pinochet en Chile y al narco de Noriega en Panamá, entre otros.
Por su parte, el tico más notorio graduado de dicha “escuela” es el señor Masís, quien recibió tácticas de entrenamiento de infantería sobre “violación y muerte” en el año 1991. Según reportó el Tico Times, fue condenado a 42 años de cárcel por violación y homicidio en un “operativo antidrogas” en el 92.
Mi pregunta es: ¿para qué diablos queremos “profesionalizar” a nuestra policía en esta escuela de genocidas y dictadores?, ¿es esa nuestra doctrina pacifista?, ¿no ha sido suficiente la experiencia mexicana relacionada con la militarización de la lucha contra el narco?
¿Qué tal si a todo esto le agregamos que Costa Rica gasta anualmente en armas más que Nicaragua y Honduras juntos? Yo no se ustedes, pero a mi todo esto me suena y me huele muy mal. Peor aún sabiendo que los hermanos Arias promocionaron un TLC que incluye armas de guerra. ¿Se imagina ud. qué pasaría si Rodrigo no logra imponerse en las elecciones siguientes? Que Dios no me haga profeta, pero si no puede con dinero ni suciedad, seguro que lo intentará con la fuerza… La fuerza pública que están militarizando.
(Página Abierta)
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