viernes, 13 de mayo de 2011

Consecuencias de una decadencia general del sistema

Fuente: Comité Patriótico Sabanilla / Cedros

*George Zenemix*


La crisis en la Asamblea Legislativa de Costa Rica es un síntoma más de la
decadencia del sistema político, afectado éste por el proceso de absorción
del capitalismo monopolista globalizante que expande su crisis desde su
centro hacia su periferia.


La democracia costarricense había logrado cierta estabilidad en el proceso
de construcción interna de estructuras económicas y sociales propias e
integradoras. Desde el momento que el proceso de absorción económica se da
en su etapa más radical, las variables unificadoras del bien común y de la
justicia social empezaron a debilitarse.


Ese proceso de destrucción progresiva de la nacionalidad y de sus
instituciones más emblemáticas, en lo económico-tecnológico el ICE
(Instituto Costarricense de electricidad), y en lo social y en el sector
salud, la CCSS (Caja Costarricense del Seguro Social) y del INS (Instituto
Nacional de Seguros); da como resultado una “replica” de destrucción en las
instituciones políticas.


Ya pudimos observar como la Constitución fue obviada con la complicidad de
la Sala IV o Constitucional, para lograr un fin político y llevar al poder
al expresidente Arias saltando el impédimento constitucional que se lo
prohibía.


Hoy vemos como la luchas intestinas entre las fuerzas políticas en la
Asamblea Legislativa rompen el orden y se acusan mutuamente, dejando acéfalo
el primer poder de la república y provocando un rompimiento del quórum en la
sesión que debió recibir el informe presidencial, el cual no pudo ser
presentado por primera vez en nuestra historia.


Estos claros razgos de decadencia y de descomposición socio política son
reflejos de una crisis mundial de todo el sistema político economico que se
está desintegrando a pasos agigantados al no ser capaz de resolver sus
problemas fundamentales de estabilidad económica y social.


Los coletazos más fuertes de las crisis se dan en los paises periféricos
cuya capacidad de amortiguamiento, y sus instrumentos y técnicas de
reacción, son menos poderosos y sofisticados que los de los países centrales
del capitalismo monopolista. Es por eso que vemos que en la Unión Europea
son países como Grecia, Islandia, Irlanda y Portugal los que se descomponen
primero.


En nuestra América Latina los países primero afectados son aquellos que más
cerca se encuentra y en mayor medida dependen de la economía de los Estados
Unidos, centro indiscutible del capitalismo monopolista y por lo tanto
generador y propagador de la crisis económica.


El poder político es motivo de una lucha intestina sin freno ni escrúpulos
porque es un instrumento indispensable para los grupos económicos de poder
quienes pretenden conservar en lo posible su prevalencia y su apropiación de
los elementos de generación de recursos económicos y excedentes que ya
resultan escasos para sus ambiciones de crecimiento.


Esa dupleta tan personalizada es, ni más ni menos, la punta de lanza de una
oligarquía frondosa y poderosa, que domina los medios de comunicación y las
estructuras de poder, la cual no está dispuesta a compartir con otros grupos de nivel medio cuya intención de hacerse presente de alguna forma en el poder legislativo es vista con preocupación y sospecha.

No hay comentarios:

Publicar un comentario